BCN Marketing y Comunicación utilizamos el Neuromarketing
Dicen que los humanos podemos percibir hasta 10.000 olores diferentes, pero sólo diferenciamos 200 colores.
Dicen que las personas recordamos hasta el 35 % de lo que olemos, en cambio sólo recordamos el 5 % de lo que vemos, el 2% de lo que escuchamos y el 1% de lo que tocamos.
Nuestras compras o nuestra elección de servicios no son siempre en base a una lógica o comportamiento racional.
Es nuestro cerebro, de manera no consciente, el que en muchos casos nos lleva a elegir un producto o servicio en base a estímulos externos, experiencias anteriores o comportamientos ya aprendidos.
Los olores pueden generarnos sensaciones de relax, estrés o alegría el ser humano forma memorias olfativas desde muy temprana edad, incluso desde antes de nacer.
El olfato nos hace recordar situaciones, lugares y personas que nos remontan a experiencias vividas provocando emociones.
Con estos datos y recordando nuestras propias experiencias es fácil deducir que el marketing olfativo ya es una parte muy importante en la construcción de una imagen de marca. Los olores se instalan en la memoria permanente y son mucho más duraderos que los estímulos visuales.
A todos nos ha pasado, y es bien conocido por los profesionales de hostelería cuando aromatizan su local con pan horneado o café recién hecho, que un determinado olor nos puede incitar a entrar en un local, a consumir o comprar más en un establecimiento, o asociar una marca a una experiencia placentera.
Y es precisamente aquí, en la experiencia de usuario de los clientes,donde las marcas están aumentando sus esfuerzos para fidelizar en BCN Marketing y Comunicación creemos que crear vínculos duraderos con los consumidores.
Los sentidos son un canal de comunicación más y entre ellos, el olfato, es mucho más potente que la vista y el oído a la hora de despertar emociones y sentimientos.
El marketing olfativo ya se emplea en infinidad de sectores y no existe un tipo específico de empresa que lo utilice.
Restaurante, hoteles, gimnasios, compañías aéreas, tiendas de moda, bancos, etc.
Dentro de la percepción que el cliente tiene de la marca, el olor corporativo cada vez es más importante.
Lo extraño, y cada vez menos frecuente, es que una marca no huela a nada.
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